Este es el paisaje que albergó el pueblo prehispánico de Ximochoque, que en Nahuátl quiere decir Lugar de los Bules Amargos, y que hoy rodea el poblado de San Pedro Lagunillas, como fue renombrado por los españoles en honor del Conde de Miravalles - Pedro Alonso Bracamonte y Uibarri Dávalos - quien puso los fondos para la construcción del templo que hoy ahí se erige y, por supuesto, con referencia a los cuerpos lacustres que ahí se encuentran. Esta mañana, un ligero velo de neblina amaneció sobre la laguna ofreciendo un verdadero espectáculo para la vista. Otro mágico rincón de
Riviera Nayarit.
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